Una puerta cerrada, un cartel de "no pasar"
la llave en el cerrojo, una voz que invita a entrar;
mirilla para un ojo con destellos de cristal
que dejan ver a su antojo su orgullo y sensualidad.
Un desierto con oasis de alquitrán;
callejón sin salida, besos que saben hablar.
Calendario en las heridas, variante carnaval;
pasos hacia una guarida sin principio ni final.
Una boca que te miente antes de hablar;
postura ambivalente que te intenta hacer dudar;
carita de inocente y su trampa mas letal,
ser tan inteligentes y lo contrario aparentar.
Una niña que abraza y te hace estremecer;
ternura desatada, cuentagotas del placer;
paraíso del deseo, un camino por hacer;
unas velas que se apagan y se vuelven a encender.
Armas de mujer, cantos de sirena que te atrapan en su red,
una lista de espera a la consulta de su piel.
Armas de mujer, trampas de saliva que enmarañan la razón;
feroces, pasivas, dulces o agresivas según mande la ocasión.
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Aprendíz de maestro, maestro en ir aprendiendo.
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Todo un juego de palabras, compañero. Interesante, no me había cruzado contigo por aquí, pero tendré que ponerte en mis lecturas de cabecera 
Un saludo, y prosigue con tu obra, encantado estaré de seguir leyéndote
